Con motivo del Día del Periodista, como es habitual cada 7 de Junio, el intendente invitó a los periodistas del distrito a un "agasajo". La "propuesta es homenajearlos", dijo el secretario privado del jefe comunal, en un llamado telefónico a este periodista.
Por Pedro Navarro Robles
Es lógico que la máxima autoridad del distrito realice un acto para "homenajear a los periodistas", pero resulta ilógico que pretenda agasajarlos un día en el año mientras los restantes 364, menosprecia y no valora al periodismo local.
Es como el golpeador que el día del cumpleaños de su víctima la llene de regalos y le organiza una fiestita para que "todos vean" qué bien la trata.
Faltó a su palabra
A un año y medio de gestión, el intendente Martiniano Molina ha faltado a su palabra y a su promesa de dispensar un buen trato a los periodistas del distrito.
En su única conferencia de prensa, el día que asumió, prometió "ser él y todos sus funcionarios, un vocero permanente de las acciones de gobierno"; ese mismo día dijo que "no habría diferencia entre medios chicos y grandes".
Las palabras y las promesas del Intendente de Quilmes, chocan contra la realidad. Nunca cumplió con las anunciadas conferencias de prensa, no atiende los llamados telefónicos ni mensajes de los periodistas quilmeños que pretenden entrevistarlo. Sólo se prestó a unos muy pocos reportajes "pactados" con medios que practican un "periodismo militante".
Molina no tiene un vocero; varios de sus funcionarios tampoco contestan requisitorias periodísticas, haciendo "alguna concesión una o dos veces al año".
Falta de diálogo
Una característica de la administración municipal es la falta de diálogo. Un claro ejemplo, es el llamado telefónico del secretario privado, Roberto Reale, de quien depende la prensa, para invitar "al agasajo". Es el mismo funcionario que nunca respondió cuando hace un año atrás, le planteamos los problemas que tenemos los periodistas del distrito en la relación con la información sobre actos de gobierno. Un funcionario que recibió la queja de varios colegas y no movió un pelo para modificar la situación.
Libertad de prensa
Seguramente este 7 de junio, como ocurrió el año pasado, Martiniano Molina se llenará la boca hablando de la importancia de los medios y de la libertad de expresión y brindará con los colegas, ignorando o pretendiendo ignorar su decisión de sólo informar a mediante comunicados de prensa o de publicidad a través de las redes sociales.
Los problemas que tenemos los periodistas que seguimos haciendo periodismo, son varios. La primera es la falta de comunicación de una administración cerrada.
No tenemos acceso a la agenda del Intendente, como es lógico; no hay posibilidad de entrevistarlo. Sólo se le puede efectuar una o dos preguntas cuando se lo encentra ocasionalmente. En esos casos siempre "es retirado por alguno de sus funcionarios".
Son muchos los temas sobre los cuales se pidió respuestas que no tuvieron respuestas. Sólo el silencio. Todo indica que a Molina le molesta que los periodistas preguntemos.
La máxima herramienta que los periodistas necesitamos es la información, datos o documentación de actos de gobierno.
No estamos pidiendo información sobre la vida privada de los funcionarios, ni qué cocinan en sus casas, reclamamos información sobre actos de gobierno y es obligación de los funcionarios responder. Así funciona la Democracia. La República.
Ninguno de los funcionarios más cercanos al jefe comunal tampoco cumplen con ese rol.
Como si esto fuese poco, las gacetillas de prensa generalmente carecen de información básica, tienen gruesos errores y equivocaciones propias de quienes no conocen ni de prensa ni el distrito. Esas gacetillas les son anticipadas a varios medios seleccionados, en detrimento de otros.
Por eso nos parece hipócrita el agasajo que el intendente brinda este 7 de junio. Como no queremos ser hipócritas decidimos no aceptar la invitación y reiterarle el reclamo que nos respete. No queremos medialunas, queremos información.
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