El Municipio continúa sin hablar sobre los serios problemas de la obra de la Avenida Mitre. Los vecinos padecen un proyecto que "se cocinó mal"

El segundo tramo de la obra de ampliación de la Avenida se inició hace ya casi un año. Un mal proyecto inicial que fue motivo de discusiones dentro del gabinete municipal y que no se solucionó terminó ocasionando los graves problemas que hoy padecen los frentistas.  La zona que padece las consecuencias es la comprendida entre Laguarda y Hernández, Ezpeleta. Ya lleva casi doce meses y todo indica que faltan mucho tiempo para que finalice. Ningún funcionario quiere hablar sobre el tema.



La demora en la obra originó que muchos comercios ubicados sobre la arteria se vean perjudicados por la falta de clientes. En el último mes los vecinos decidieron abrir la calle aún cuando no está finalizada. Hay comercios que debieron bajar sus persianas. Se fundieron.

SILENCIO OFICIAL

Quilmesadiario intentó dialogar con algún funcionario municipal para que pueda dar una respuesta sobre el tema pero la oficina de prensa de la administración Molina nunca respondió.
Se esperaba que en su discurso de inicio de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, el jefe comunal  haga alguna referencia. Sólo la mencionó al enumerar las obras que se estaban realizando pero ignoró el serio problema que padecen los vecinos y que esperan una respuesta y que la obra se finalice.

OBRA MAL PARIDA

Quienes conocen detalles del origen de la obra señalan que la idea o anteproyecto fue de la empresa Fontana Nicastro, la que terminó ganando la licitación al unirse con la empresa Triviño. 
Para la obra originó discusiones dentro del gabinete municipal porque "no había un proyecto integral y el elaborado sin profesiones especializados tenía falencias".

CARLOS ORTIZ Y TOMAS MOLINA

Tal es así que el entonces secretario de Obras, el ingeniero Carlos Ortiz se negó a firmar el proyecto y le pidió al intendente Molina que tampoco firme.
Como la mayoría de los proyectos, esta obra "se cocinó" en el despacho del hermano del intendente, el entonces secretario General, secretario de Gobierno,  Tomás Molina.
El proyecto inicial tuvo que ser modificado con algunas consideraciones que remarcó el ingeniero Ortiz pero no se subsanaron todos los inconvenientes

INTERFERENCIAS

El principal problema es que al presupuesto inicial, para que la adjudicación pueda realizarse, no se le agregaron los costos de las interferencias. Se trata de los traslados de caños de gas y de energía eléctrica que quedaron debajo del asfalto al ensanchar la calle. Deben quedar debajo de las veredas.
De esta manera de los 70 millones de pesos iniciales, el costo sería aproximadamente del doble.  Aún se desconoce el monto final y quién paga esa diferencia. El proyecto es solventado con fondos provinciales pero la licitación la realizó el Municipio.

EDESUR Y METROGAS

Los funcionarios municipales, con Martiniano Molina a la cabeza,  tuvieron que realizar numerosas gestiones ante las empresas señaladas y para lograr los fondos necesarios y solventar  las nuevas redes de gas y de energía.
Esos trabajos se están realizando pero muy lentamente. Tal es así que en la zona mencionada, falta todavía pavimentar un tramo.

INSTALACIONES DE GAS

Pero el cambio de cañerías de gas origina otro problema. Antes de que se ponga en funcionamiento el nuevo caño troncal,  los frentistas deben certificar que las instalaciones internas de sus casas o mercios están en condiciones.  Esos vecinos deben contratar gasistas matriculados para que les certifiquen que sus instalaciones están en condiciones y si tienen pérdidas deberán cambiar cañerías.

SILENCIO OFICIAL

Mientras los meses pasan y ningún funcionario habla sobre el tema, los vecinos siguen padeciendo las consecuencias de un proyecto que nació mal parido.

Pedro Navarro Robles

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