
Desde que en la noche del 19 de marzo, nos anunciaron del aislamiento social obligatorio; todas las personas que vivimos solas, muchas por elección y otras porque nos tocó, nos vimos obligadas a trascurrir día tras día en un constante reconocimiento de nuestro espacio y nuestro interior.
Asumimos el camino estando solos, valiéndonos de distintas herramientas para socializar y engañar al encierro ya sea por medio de las redes sociales, mascotas o vecinos.
Mascotas
Empecemos por las mascotas; si las tenés son de gran ayuda. Son grandes compañeras en los peores momentos. Las usamos y ellas a nosotros para el cariño y la dependencia. Las alimentamos todos los días, como parte de la rutina, ya que tenemos mucho tiempo; seguramente si hay perro es la excusa perfecta para salir a tomar aire cuando hay que sacarlo a que haga sus necesidades.
Llegamos a humanizarlos (en especial a los perros) y podemos tener una conversación imaginaria con ellos. Sé que suena raro pero nos da un alivio al estilo "Wilson" en la película El Náufrago, nos permite sentir que no estamos solos o solas en el hogar.
Vecinos
Charlar con los vecinos o chusmearlos, es otra gran actividad para achicar la sensación de aislamiento. Si tenés buena relación con elllos, del patio de al lado o un balcón cercano, es tiempo de aprovechar y conocerlos.
Seguramente, cotidianamente, con estas personas apenas cruzas palabras en la vida diaria y sistemática que llevamos. Pero esto suele ser una herramienta de doble filo, ya que por lo general los temas más comunes son el aislamiento, la pandemia y el coronavirus, temas que están presentes las 24 horas del día.
Ventanas indiscretas
En algo que podemos llegar a caer es en una especie de Ventana Indiscreta de Hitchcock, donde nos metemos en las conversaciones de los vecinos e intentamos indagar sobre sus vidas. No es la opción más recomendable, pero puede ayudar.
Redes sociales
Las redes sociales, son la ventana al mundo, a lo que pasa con nuestras familias, amigos o para mantener el timing social. No solo comunicándonos vía whatsapp, videollamadas, también por medio de los memes, challenge, o cualquier cosa que un estado o historia permite compartir.
Es más, suele ser un gran descontracturante al permitirnos reírnos de la situación actual. Incluso podemos hacer lazos con personas en la misma situación al crear un código diario, que puede ser un mensaje con consigna, una apuesta, o compartir nuestros día a día del encierro, ya sea compartir cosas de nuestras mascotas, compartir lo que averiguamos de nuestros vecinos o cosas que vimos de las redes.
Falta de contacto humano
A pesar de tener una gran cantidad de posibilidades de acceder a la interacción humana, la difícil tarea del aislamiento se da por el siguiente motivo: nos falta el contacto humano, ya sea un beso, un abrazo, dar las manos o los simples roce sin querer que se producen día a día.
El tan subestimado contacto piel a piel, hace que este encierro sea más difícil debido a que es una necesidad. Los humanos somos seres sociales, pero también seres de contacto, una de las primeras interacciones que afrontamos son táctiles; el bebé toca para sentirse acompañado, protegido, se alimenta e identifica a sus seres más cercanos por el tacto, logramos conocernos en primera instancia por el tacto.
Luego aparecen los gestos, los propios y los del otro, por último el habla. Por esa razón es que el aislamiento en solitario puede ser una tarea totalmente imposible. Lo bueno es que sabemos que esta situación es algo pasajero, momentáneo que tiene fecha de vencimiento. Por eso hay que engañarse a uno mismo e intentar usar todas las herramientas para mantener la condición de ser social que nos identifica como ser humano.
Tal cual!sobre todo nuestras mascotas,comprenden q algo está pasando,ya q su rutina también cambió,como el no ver a sus otros humanos de la familia.Hermoso pensamiento,las cosas suceden por algo.
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