La senadora Petrovich intimó a su ex empleada a retractarse de lo contrario iniciará acciones judiciales
Gisela Montini y su abogado, realizaron declaraciones periodísticas donde acusa a la legisladora de haberle dado de baja a poco tiempo de haberse enfermado pero a su vez señala que su trabajo era cuidar a un hijo y a una familiar adulta en la casa de Petrovich pero que cobraba como empleada del Senado de la provincia de Buenos Aires.
Negó el hecho
A pocas horas de conocerse la denuncia periodística, la legisladora negó los hechos y dijo que "si bien Gisela iba a su casa pera para trabajar en función de su tarea como senadora" y aclaró que en su casa había instalado una oficina para realizar el trabajo y por eso la empleada concurría a su domicilio.
Carta documento
Pese a la repercusión que tuvo la denuncia en la mayoría de los medios periodísticos, Petrovich prefirió el silencio Este fin de semana dio a conocer una carta que publicamos a continuación pero también envió una copia de la carta documento que le envió a la ex empleada.
Allí la intima 72 horas para que se retracte de sus dichos, alejados de la realidad, habla de la difamación de la cual fue víctima a través de los medios de comunicación.
Señala que si no se retracta públicamente, iniciará acciones legales, tanto en el fuero civil como en el penal.
Carta pública
En su carta a los medios, Lorena Petrovich dice textualmente:
Hace algunas horas, una verdadera maratón de noticias se concentró en el testimonio de Gisela Montini, una ex colaboradora de mi despacho en el Senado bonaerense, quien, tras no recibir la renovación de su contrato, envió a mi domicilio una carta documento cuyo texto, alejado completamente de la verdad de los hechos, se convirtió en una suerte de “cosa juzgada” que dominó durante horas portales, programas de televisión, redes sociales y publicaciones de toda índole.
En primer lugar, quiero aclarar que en mi condición de vicepresidente de la Comisión de Libertad de Expresión del Senado si hay algo que jamás haría ni haré, es entorpecer, impedir o cuestionar la tarea de los medios. Por eso, agradezco a los que han tenido la deferencia de comunicarse conmigo antes de sentenciar la verdad de las expresiones de Montini, porque no han sido mayoría; y nada diré de los que eligieron creer linealmente ese relato sin intentar exhibir la otra versión de la realidad. La mía.
Cuando fui contactada por el primer medio que publicó ese tema, expresé mi verdad sobre esos hechos. Adverti a las pocas horas una verdadera andanada de reproducciones totales, parciales, incompletas o editadas de mis expresiones, razón por la que decidí guardar silencio ante esa verdadera explosión, instruyendo a mi equipo a sostener la misma tesitura. Respeté, aun a contrapelo de mi propia integridad, la tarea de una prensa que ha hecho lo que ha decidido hacer con el tema. Y estoy conforme con haberlo hecho. La libertad de prensa será siempre para mí, una prioridad.
Tranquilizadas las aguas del escándalo, entiendo que ha llegado el momento de expresarme, y que esa expresión solo alcanza la contundencia que la hora y el tema requieren bajo la forma de una expresión judicial que ponga fin a los dichos de Montini. No hay más ni mejor ámbito de aclaración de versiones encontradas que la Justicia. Y hasta ahora, lo subrayo, la persona que me acusó de delitos no lo hizo.
Por eso lo haré yo.
Por mi propia persona, por mi imagen, por mi carrera pública, por mi familia y por la confianza de cada uno de los bonaerenses que votándome, me trasladaron una responsabilidad que busco honrar cada uno de mis días. A esos bonaerenses que saben que pueden acceder a mi trabajo y a mis declaraciones juradas anuales sin traba alguna, me debo. Y porque no voy a permitir que este armado de falsedades sea utilizado por quienes buscan dañar a mi espacio a días de una elección crucial. Vaya “coincidencia”. Pueden, los que lo han ideado, estar conformes con el que me han ocasionado a mi, que ha sido inconmensurable. Con mi espacio político, no.
Pongo a disposición de todos, el texto con el que se decide el inicio de este camino, reiterando mi agradecimiento a quienes han tratado con respeto este desagradable episodio y dedicando un igualmente respetuoso silencio a quienes cargaron de adjetivos mi nombre y apellido mientras mostraron mi cara a plano completo. Porque ni las palabras ni los silencios dibujan, per sé, las verdades. A estas solo la definen los hechos. Y aquí están los míos. Muchas gracias.
Senadora provincial Lorena Petrovich
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