Bernal: jóven de 22 años salió de su casa para ir a la facultad pero lo mataron a pocos metros

Carlitos y su madre
Por Pedro Navarro. La nueva víctima fatal de la inseguridad que no se detiene, es Carlos Enrique Sánchez Paredes, de 22 años quien junto a su familia vivía en falucho al 900 de Bernal Oeste. Este sábado a las 6 de la mañana salió de su casa para ir a rendir un exámen a la Facultad de Ingeniería de La Plata. Tenía que caminar dos cuadras para llegar a la Avenida CarDardo Rocha para tomar el colectictivo pero nunca llegó. Su madre, Maritza Yolanda Paredes, espero el mensaje para que su hijo le avise que ya había llegado a la Avenida pero como pasaban los minutos y no recibió, salió a buscarlo  y a una cuadra se encontró con lo peor. Llamaron al 911 para pedir una ambulancia pero nunca llegó. A la hora arribó un movil policial pero Carlos ya había sido trasladado por un vecino al hospital de Wilde, donde llegó muerto. Ni el Municipio ni la intendenta Mayra Mendoza opinaron sobre el tema.

 "Carlitos", como le decían sus amigos y familiares, tenía que estar a las 7 para dar un examen en la Facultad de Ingenería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Trabajaba en Tolosa y, además, solía hacer changas como técnico electrónico. Arreglaba computadoras, lavarropas y todo lo vinculado con la electricidad.o.

Recorrido

Alrededor de las 6, el joven caminaba por la esquina de Montevideo y Falucho, hacia Dardo Rocha, para tomar el colectivo hasta la estación de trenes de Bernal, cuando dos ladrones lo atacaron.

Vivía en la planta baja de la casa de la calle Falucho al 900, cerca de la villa Itatí, una zona de calles de tierras donde, dicen los vecinos, aumentó la inseguridad y los patrulleros "desaparecieron". En la planta alta vivían, con sus respectivos maridos, sus dos hermanas: Elizabeth (31) y Andrea (26).

Madre desesperada

Desesperada, la madre de Carlitos, al no recibir una respuesta a un llamado de su hijo,  salió a ver por qué no le respondía y encontró a su hijo agonizando. Estaba tirado en el piso y, a su lado, había un fierro negro, en forma de L en la punta. Tenía sangre en la cabeza y en el caño también había manchas hemáticas.

La Policía llegó una hora después

Los agentes de la seccional segunda de Bernal llegaron a la escena del crimen más de una hora después del hecho. Para entonces, había desaparecido el arma homicida. Se cree que los mismos asesinos fueron hasta el lugar para llevárselo y dificultar su identificación.

La fiscal Karina Gallo, de la UFI N° 4 del Departamento Judicial Quilmes, investiga si en el lugar hay cámaras de seguridad, aunque en principio el relevamiento habría dado negativo.






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