Los embates del poder no son nuevos; también ocurrieron, a nivel nacional, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kichner. Mismas situaciones se vivieron y viven en provincias y municipios de todo el territorio.
El periodismo que cumple con su verdadera función, le molesta al poder o sectores del poder. No se concibe un periodismo complaciente. Su función es informar, investigar, denunciar y hacerse eco de los problemas de cada sector de la comunidad. El periodismo oficialista no es periodismo.
En los últimos años en la Argentina, se habla o se practica el "periodismo militante". Hombres y mujeres toman partido, y asumen el rol de defender o atacar a un sector, de acuerdo a su pensamiento. Eso no es periodismo.
También están los periodistas o empresas que siempre "apuestan o acompañan al poder de turno". Eso tampoco es periodismo.
La sociedad necesita medios libres y verdaderamente independientes, capaces de decir lo que hay que decir; de no depender de una pauta publicitaria o de quién le dice qué es lo que tiene que hablar o escribir. Cuando esto ocurre, ese medio, o esos periodistas, se transforman en "cómplices".
Pero además de "todos los males", hoy el periodismo enfrenta un nuevo desafío: Las redes sociales y las nuevas herramientas, como la Inteligencia Artificial.
El o la periodista debe aggiarnarse para no quedar atrapado a un pasado que ya fue. El periodista debe conocer las nuevas metologías o maneras de comunicar. No temer, por el contrario, ser parte de los nuevos sistemas o métodos; pero lo que nos queda claro es que si cumplen con su verdadero rol no podrán ser reemplazado. El rol o la función del periodista es irremplazable, cualquiera sea la herramienta que utilice.
Pero hay otro punto muy importante a tener en cuenta a la hora de la formación. Las universiddes, las escuelas terciarias, donde se forman periodistas, también deben aggiarnarse y ayudar a la formación de los futuros profesionales brindándoles todas las herramientas y especialmente las prácticas, para que no fracasen a la hora de salir al mercado laboral.
En este 7 de junio, rendimos nuestro homenaje a los periodistas que perdieron su vida por ejercer el periodismo, en cualquier rincón del planeta y como siempre, alentamos a quienes ejercen el oficio o profesión, que lo hagan con dignidad.
A 45 años de haber abrazado esta profesión, agradezco a los colegas que me ayudaron en los inicios a entender el valor de la palabra y a no claudicar a pesar de los males. Necesitamos nuevas generaciones de periodistas libres y capaces de no ser complacientes con el poder, independientemente de quién esté el frente del mismo.
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